Flores de Bach Grupo 1 Para los miedos
Mimulus (mímulo) - El que conoce el miedo
Grupo 1 Para los miedos
Para el miedo a las cosas de este mundo, tales como la enfermedad, el dolor, los accidentes, la pobreza, la oscuridad, la soledad, las desgracias. Los temores de la vida cotidiana. Estas personas soportan secretamente y en silencio sus miedos.
El miedo es la primera emoción que experimenta el ser humano al nacer; el mundo exterior aparece como hostil, peligroso, amenazante. Perdemos la protección que sentíamos en el útero materno para enfrentarnos a los obstáculos que nos presenta la vida y que debemos sortear como pruebas de supervivencia.
Los patrones que perturban verdaderamente la conexión con nuestra alma suelen estar vinculados al miedo, tanto consciente como inconsciente, que va condicionando nuestra realidad; condicionamientos sociales, religiosos, culturales, etc., de los que nadie está exento.
Los miedos generan que nos vayamos autolimitando en nuestras vivencias y experiencias, impidiendo así la manifestación de nuestra alma, de nuestra esencia divina. Estos patrones mentales generan a su vez emociones como la ira, la culpa, la desesperanza, la sensación de incapacidad, etc.
El verdadero trabajo es descubrir en nosotros estos patrones de miedo y culpa y observar cómo están impregnados en nuestra vida diaria. La depuración espiritual requiere un gran compromiso y trabajo personal, pues los patrones de miedo y los condicionamientos que nos impiden ser lo que en esencia somos vienen de mucho tiempo atrás, incluso de generaciones pasadas que los vienen arrastrando y alimentando.
Mimulus (Mimulus Guttatus)
También conocida como "flor mono", es una hierba perenne de la familia de las primáceas, de 20 a 40 cm de altura, con la parte inferior del tallo glabra (desprovista de pelos) y la parte superior con pelos glandulares. Crece en zanjas, arroyos, orillas de lagos, etc.
Lo primero que uno advierte sobre el mímulo son sus flores vivaces que probablemente también inspiraron al que le dio su nombre científico. El nombre del género proviene de la palabra del griego antiguo, mimo, que significa “mono”, o de la palabra latina mimus, que significa “actor, mímica”; si se mira a la planta de frente, su flor podría parecerse a la cara de un mono, o a las máscaras que utilizaban los actores en una obra clásica.
La flor es una corola irregular, con manchas amarillas y rojas, de 30-40 mm de tamaño, fusionada y bilabiada. El labio superior es bilobulado y el inferior tiene 3 lóbulos. La floración se produce entre julio y agosto.
Las hojas son opuestras, de pecíolo corto o sin pecíolo. El limbo es ampliamente oval, de nervadura paralela, con bordes dentados e irregulares. Sus frutos son una cápsula en forma de huevo, de unos 10 mm de largo, que por lo general no se desarrolla.
El mímulo es la única planta de su género que aparece fuera de los confines de los jardines bien cuidados: las otras especies solo sobreviven aquí si se las cultiva. A diferencia de otras plantas nuevas que se han vuelto malezas problemáticas, o que se han desbandado o vuelto una amenaza para plantas autóctonas, el mímulo parece ser casi inofensivo.
En su lugar de origen, Norteamérica occidental, la especie prospera en diferentes tipos de ambientes húmedos; en Finlandia puede encontrarse más a menudo en el mismo tipo de lugares, por supuesto que más probablemente cerca de sitios habitados.
Además de ser una planta ornamental de jardines, el mímulo es un organismo modelo importante en investigaciones ecológicas y genéticas: el genoma de la especie se decodificó completamente en 2007. Los indígenas americanos utilizaban al mímulo para tratar las heridas y el dolor.
Esta flor actúa sobre las personas que tienen miedos concretos que pueden ser claramente definidos, habiendo una relación directa causa-efecto evidente. Por ejemplo, la presencia de una cucaracha puede causar una gama de reacciones en cadena y la persona es consciente de que su miedo lo ha provocado el insecto.
El error radica en que la persona ha perdido la conexión con su alma, dando excesiva importancia a lo que pueda sucederle al cuerpo, perdiendo la seguridad y serenidad que supone el sentirse parte de un todo integrado.
Hay que tener presente que Mimulus es un estado fuertemente caracterológico (de fondo). Generalmente la personalidad “Mimulus” se ruboriza fácilmente, es callada y no comunica sus miedos.
Es gente muy sensible psicológica y físicamente, tímidos, vergonzosos, tendencia clara al tartamudeo, sudoración. Suelen ser de apariencia frágil y parecen necesitar protección. Hay una tendencia a tener el pecho hundido y una cierta inclinación hacia adelante. Suelen ser hipersensibles a los ruidos fuertes, frio o calor extremo u otros estímulos sensoriales. Tienen una cierta tendencia a enfermar cuando deben enfrentar situaciones que les asustan.
La toma continuada de la esencia convierte a la persona en valiente, segura de sí misma, consciente de la unidad cuerpo-mente. En los casos de timidez, donde hay un gran miedo a hacer el ridículo o quedar en evidencia, lo que lleva a dejar de hacer cosas, la esencia ayuda a romper esas barreras inconscientes y ayuda a la persona a enfrentar con valor cualquier situación.
Las personas que evolucionan al estado transformado de la esencia, representan el arquetipo de la compasión; al haber pasado por esas situaciones, desarrollan una gran empatía con personas en estados similares y saben muy bien como tratarlos para que se sientan cómodos.
Otros usos de las esencias florales: Los Patrones Transpersonales
Palabra clave: Retracción
En la personalidad Mimulus existe iniciativa pero esta se ve coartada por una especie de freno de mano de seguridad. Por eso Mimulus tiene que ver con el retroceso, con el repliegue, la contracción. La hipótesis transpersonal consiste en ensayar la esencia en aquellos cuadros de retracción fibrosa, arrugas, bridas, queloides, etc. Podría ser también interesante en el túnel carpiano, esclerodermia y otros.
Gemoterapia y Flores de Bach
Charoita
La Charoíta cristaliza en forma de masas y en pequeñas drusas sobre otros minerales mas duros. Es otra piedra que ha sido descubierta en las últimas décadas, otro especímen de la Nueva Era en la lejana región Rusa – Siberiana del Río Chara.
Su color principal es una mezcla de púrpuras, presenta mezcla con blanco, negro y verde; también tiende al fuxia-morado. Se la confunde a veces en apariencia con la Sugilita, por los púrpuras, pero la Charoíta presenta un movimiento y estructura muy diferente. Es una piedra blanda y frágil y no puede limpiarse en agua.
Es una piedra de color violeta, a veces con manchas negras en su interior. Se utiliza en el tercer ojo y es la piedra de la depuración espiritual, ayudando a limpiar el camino para realizar la tarea del alma en la tierra, disolviendo los miedos y temores a ser lo que realmente Soy.
La Charoita nos ayuda a tomar conciencia de las energías limitantes y distorsionadas ligadas a los miedos, para ir abriendo el camino para que toda la sabiduría del alma pueda bajar a la tierra y enraizarse. Nos posibilita encontrar nuevos y expandidos límites, yendo más allá de los umbrales conocidos.
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