lunes, 6 de octubre de 2014

Las flores de Bach: una primera aproximación

El Sistema Bach está compuesto por 38 elixires florales, elaborados a partir de flores silvestres, árboles y arbustos y obtenidos mediante un método energético-homeopático. 

Con él se ha diseñado la base de una terapéutica psico-emocional que facilita al individuo la toma de consciencia y con ello la posibilidad de desbloquear conflictos emocionales que condicionan la vida diaria y las relaciones interpersonales, permitiéndole así disfrutar de una vida más plena y saludable.



Las esencias florales fueron descubiertas y elaboradas por el Doctor Edward Bach (médico bacteriólogo, inmunólogo y homeópata galés) entre los años 1928 y 1935. Es un método terapéutico reconocido y avalado por la OMS desde los años 70 y avalan su obra más de 80 años de investigaciones y experiencias contrastadas.



Para el Doctor Bach, la enfermedad surge como resultado de una desarmonía entre la mente y el alma. Cada uno de nosotros ha venido a este mundo con una "lección que aprender", con un propósito de vida; es cuando nos alejamos de este propósito cuando surge una fricción entre lo que la mente (condicionamientos mentales adquiridos) y el alma necesitan.

Esto se traducirá, en un primer momento, en malestar emocional y después en malestar físico; si esta fricción y malestar es mantenido, con el tiempo puede surgir la enfermedad e incluso la muerte. 

A partir de esta visión, podríamos describir la enfermedad como una especie de faro que avisa de que algo no va bien y que es necesario encontrar el origen y resolver desde la raíz del problema. Ya son múltiples los autores y las teorías y estudios científicos que avalan el origen emocional de la enfermedad (ejemplo: Nueva Medicina Germánica, Dr. Hamer)


Los elixires florales, denominados así porque llevan brandy como conservante y estabilizante en su composición, poseen una inteligencia tan sutil que pueden actuar a nivel físico, mental, emocional y espiritual, y sólo en aquel nivel que sea más necesario. Las flores, por su elevada sensibilidad, armonizan el espíritu, dejando llevar su influencia hacia la mente, las emociones y el cuerpo para equilibrar todo el conjunto.

El método de aplicación es sumamente sencillo y no es necesario tener conocimientos, ni de medicina ni de psicología. El objetivo del Dr. Bach siempre fue crear un sistema sencillo, fácil de comprender y de usar por cualquier persona, accesible y que no produjera ningún daño o dolor al paciente (tanto para una crisis de ansiedad, como para una quemadura).

En términos farmacológicos, no tiene ningún efecto adverso o secundario, y se puede compaginar con cualquier tipo de tratamiento médico, psicológico o psiquiátrico. Esto es debido a que no contiene ningún componente molecular que se pueda detectar, aparte del agua y el brandy.


De acuerdo con el primer documento de análisis de la situación de las Terapias Naturales realizado por el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad, en colaboración con expertos del Instituto Carlos III, el Ministerio de Educación y las comunidades autónomas: "La terapia floral busca, mediante la intervención energética de las esencias, la armonización entre los distintos planos del ser (físico, mental, emocional, espiritual). Puede considerarse de tipo energético, vibracional, ya que su acción terapéutica no se basa en un principio activo farmacológico o fitoterapéutico".

A diferencia de la homeopatía o la fitoterapia, las flores de Bach trabajan a nivel del cuerpo etéreo o sutil, es decir, que nos permite armonizar nuestro mundo emocional, reemplazando los defectos desarrollados de forma inconsciente por la mente, con la virtud opuesta a ellos.

Por ejemplo, si somos crueles, la esencia no trata de erradicar la crueldad sino que aporta compasión y cariño por los demás, de manera que la crueldad no tendrá lugar para desarrollarse. Las esencias, no tratan de luchar contra la oscuridad, sino que van creando pequeños puntos de luz que poco a poco iluminarán tanto la habitación que no quedará lugar para la oscuridad.



Por todo esto, queda claro que las esencias florales se pueden usar en cualquier etapa de la vida, ante cualquier situación y con cualquier ser vivo (persona, animal o planta). Si nos sentimos desorientados, tristes o con miedo, ellas pueden ayudarnos a resolver esta situación sin tener que recurrir a fármacos y otras sustancias que nos evaden (drogas, alcohol, estimulantes de cualquier clase) pero que no resuelven el problema ni el conflicto en nuestro interior.


El desarrollo de la investigación en terapia floral ha dado como resultado la aparición de otros nuevos sistema florales, como las esencias del Mediterráneo, Bush de Australia, flores de California, Orquídeas del Amazonas, esencias de gemas y cristales, de setas y hongos, esencias Chamánicas de Méjico, esencias de Nueva Generación, o las de los Círculos de Trigo, entre otros.

Actualmente la terapia floral está ampliamente aceptada y comprobada su efectividad, más allá del efecto placebo (presente, por otro lado, en todo tipo de tratamiento o terapia), y son numerosos los profesionales de la salud que recurren a ellas; por ejemplo, el colegio de farmacéuticos ofrece una amplia oferta de formación en homeoptaría, flores de bach, fitoterapia, oligoelementos, etc.



No te lo pienses más y, si estás pasando un mal momento, o quieres desarrollarte y crecer como persona, ponte en contacto con un profesional y empieza el maravilloso viaje de autoconocimiento con las flores de Bach.


Quedo a vuestra disposición para cualquier consulta

Feliz semana